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SOBRE LA SENTENCIA A LULA: QUE EL PUEBLO JUZGUE


La semana pasada en Brasil, como parte de la operación Lava Jato, el juez Sergio Moro condenó a Lula por hechos de corrupción. Aunque jurídicamente el proceso no ha terminado, tan pronto se conoció la noticia, muchos abogados y juristas se pronunciaron contra el fallo argumentando la ausencia de suficientes elementos para una condena. Hoy el proceso sigue y el juicio pasará a la segunda instancia; si Lula es condenado en esta instancia no podrá presentarse a las elecciones del 2018.

Políticamente, es necesario afirmar que el proceso judicial contra Lula no puede servir para impedir su candidatura presidencial. No puede ser una decisión judicial la que saque de carrera al ex presidente quien tiene todo el derecho de competir electoralmente. Revocar este derecho a Lula cuando Aecio Neves sigue siendo senador, Temer sigue siendo presidente, Eunício sigue presidente del Senado y Maia es el posible sucesor de Temer, sería totalmente anti-democrático. El hecho de que los grupos de poder en Brasil se apuren en condenar a Lula y pasen por alto la responsabilidad de otros actores políticos como el propio Temer, demuestra la compatibilidad de sus intereses con la actuación judicial y su afán por impedir que cualquier opción crítica popular vuelva a ser gobierno.

Sin embargo, esta posición no debe ser entendida como apoyo incondicional. Existen fuertes indicios de que durante el gobierno de Lula se organizó un esquema de corrupción, con repercusiones, en toda América Latina, y especialmente en el Perú. Un esquema que supo combinar la defensa de los intereses de los grandes capitalistas generando vínculos entre Lula y la cúpula del PT con las mega-constructoras, con los bancos y con las grandes empresas como la JBS. La política de los gobiernos del PT de inyectar dinero público en estos sectores, condecorando las “campeonas nacionales” del capitalismo brasilero, terminó exportando también la corrupción a nuestro continente y más allá.

Ante todo, debe imponerse la voluntad del pueblo brasileño. Creemos que Lula debe ser juzgado por la población que lo eligió y no ser impedido de presentarse por una decisión jurídica. En nuestra opinión, todas y todos quienes creen y trabajan por una América Latina libre y soberana deben solidarizarse con la lucha por derribar a Temer y por elecciones generales inmediatas para elegir presidente y para renovar el Congreso Nacional, fortaleciendo la lucha contra las reformas neoliberales aprobadas por ese Congreso corrupto y sin legitimidad. El pueblo brasilero no puede pagar por una crisis que no ha creado, confiamos que con sus luchas pueda gestar una alternativa antineoliberal que ponga fin a la corrupción generalizada que hoy padece.

Comisión de Relaciones Internacionales del Movimiento Nuevo Peru


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