¿LA IZQUIERDA O LA GENTE?
Hay que decirlo, hoy por hoy la izquierda aún no ha aceptado y no ha tomado conciencia de la magnitud de su derrota, y no solamente nos referimos a derrotas electorales, tampoco ha tomado conciencia de su derrota política, pues la actual izquierda no logra acercarse del todo a la gente, no consigue recoger y representar sus intereses.
¿Podemos revertir dicha situación? Sí podemos, y mucho más que ello, podemos ganar. Pero para ello urge abandonar la errónea idea que la gente piensa como la izquierda y actuará como los izquierdistas esperan. Y no se trata de rebajar el discurso a uno simplista y pragmático, se trata de trabajar en responder varias preguntas, entre ellas la principal: ¿qué tareas políticas nos tocan llevar a cabo actualmente?
Ubiquémonos en tiempo y espacio, una de las tareas de la izquierda es completar lo que la revolución de la Independencia, y los adinerados de este país que manejan la economía y han gobernado la mayoría de veces no hicieron, que son las tareas democráticas de consolidarnos como una verdadera República. Eso no nos hace dejar de ser de izquierda, al contrario, implica tareas históricas actuales, que pueden resumirse en los puntos siguientes:
• El Estado peruano es una democracia débil y una República incompleta, por ende es lenta, ineficiente e ineficaz, cuyas leyes, reglas y normas ciudadanas se cumplen medianamente. La ciudadanía también se encuentra en construcción e impulsar ello es revolucionario y ocasiona el choque con intereses económicos y políticos que promueven el orden neoliberal asistencialista con ciudadanos inconscientes.
• Buena parte de la ciudadanía hoy quiere cambios, pero a causa de la poca politización, responde intuitivamente y da su apoyo a aquellos partidos que les dan ideas y mensajes claros generalmente asistenciales o conservadores.
• Ante el actual ciclo político que empezó luego de las últimas elecciones, no se puede querer y hablar de cambio desde la zona de confort de la izquierda, necesitamos organizarnos, formular un programa propio y enarbolar un discurso de izquierda también ciudadano.
El debate es una necesidad política imperante en el Movimiento Nuevo Perú. No se trata de discutir infinitamente y no debemos ponernos a debatir de todo y todo el tiempo, pero precisamente la actual situación ideológica y orgánica del Nuevo Perú evidencia aún poca claridad política, razón por la cual la coyuntura nos arrastra permanentemente sin que contemos con un plan político organizado, por lo menos uno básico. Asimismo, se requiere un programa que no salga de la cabeza de tres personas, sino que sea un fruto de trabajo colectivo, de modo los distintos Comités lo discutan lo suficiente como para elaborar sus aportes en documentos y como para ir a un Congreso Nacional con ideas a debatir más claras y procesadas. Los que no debemos volver a repetir es la discusión de documentos que nos han sido lo suficientemente discutidos y analizados por los Grupos Impulsores y los sectoriales, lo cual nos desvía y nos impide tomar acuerdos.
Por otro lado, también es importante debatir y definir el tipo de organización que necesitamos construir para ganar. Para ello es sumamente necesario contar con Comités territoriales consolidados, pero también fortalecer las Comités sectoriales, abriendo lo más posible la organización. Abrirla de modo que si nos preguntan ¿usted es de izquierda?, podamos responder sí lo soy y muchos del Nuevo Perú lo son también, pero no es un requisito excluyente; si alguien no se define como izquierdista pero es una persona honesta, que desea el cambio, que anhela vivir en una sociedad más justa y comparte nuestros programa y principios políticos básicos, entonces es bienvenido.
Que debemos recoger firmas, es urgente y la primera prioridad, pero a la par necesitamos construir una locomotora política que se prepare para ganar las elecciones y disputar poder con el pueblo. Para ello necesitamos tomarnos la “molestia” de debatir y definir nuestra plataforma política (programa) frente a temas espinosos, pero necesarios de darles claridad, porque para hablar con la gente, primero tenemos que articular un discurso claro, sencillo vinculado además a una actitud política coherente. Hay temas espinosos con los que nos ataca la derecha, tales como la situación en Venezuela, el terrorismo, la seguridad Ciudadana, la minería, etc., sobre los cuales no tenemos todavía una postura clara. Necesitamos terminar de definir un Programa, una postura, una actitud cuyos principios ideológicos y políticos nos unan, un programa que este constantemente alimentándose por el aporte de la gente, de la población y sus luchas organizadas.
Por ello ante la pregunta ¿La izquierda o la gente? Debemos responder: somos de izquierda, no vamos a dejar de ser de izquierda, pero necesitamos un plan político y un programa para la gente, porque juntos ¡Sí Podemos!
