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MOVIMIENTO NUEVO PERÚ: DESAFIOS PARA DAR UN SALTO ORGANIZATIVO

Si tuviéramos que hacer el balance político organizativo de lo avanzado en el MNP hasta hoy quizás el saldo no sería muy positivo. No hemos logrado ser más que un reagrupamiento de pequeños espacios de izquierda, sin suficiente renovación generacional y sin incorporación de otros actores, cuando el gran desafío que teníamos y tenemos es el de organizar, expresar y representar a sectores importantes y diversos de la ciudadanía y los sectores populares que anhelan el cambio.

El funcionamiento como frente nos lleva a privilegiar una lógica que exacerba la pugna organicista por el control de pequeños espacios de poder que buscamos cerrar, subordinándolos a nuestras particulares lógicas partidarias en lugar de abrirlos a la ciudadanía. Igualmente, la lógica hipercentralista y controlista que se impone en la construcción de este Frente genera pugnas en escuálidos comités territoriales, a lo que se suma la lógica electoral de los propios “independientes”. Esto lleva a la creación de comités paralelos, las disputas en los comités por la representación, un escaso activismo y una irreal pugna entre “partidarizados” e “independientes”.

El desafío que se nos presenta es cómo generar un gran y multitudinario movimiento ciudadano y popular, no cómo lograr la unidad de las menguadas orgánicas de izquierdas. La lección que nos deja la última campaña electoral es que lo que define el llegar a dialogar con la gente no son las eternas pugnas ideológicas entre orgánicas y sus disputas de poder; sino el hacer política desde la cotidianidad de la gente y de sus problemas concretos, los cuales desde la izquierda podemos articular en una propuesta programática transformadora.

4. No se trata de desaparecer la diversidad ideológica, cultural, social y política dentro del MNP ni negar alianzas con orgánicas políticas en diversas escalas. Se trata de ponerlas al servicio de procesos de articulación política mayor y no de acumulación de pequeños aparatos. Por eso buscamos que esa diversidad se exprese y con su trabajo político, social y cultural, sume al MNP, lo enriquezca. Promovemos la representación paritaria, la presencia de jóvenes, indígenas, sectores laborales y de productores, mujeres, LGTBI, de las corrientes políticas organizadas en diversa escala.

Las corrientes políticas organizadas son importantes, no tienen por qué desaparecer ni es lo más deseable, debemos incluso ser capaces de incorporar a grupos militantes con identidades propias. Sin embargo, no pueden actuar como fracciones internas y exigir cuotas de poder. Tienen derecho a acumular desde su especificidad pero desde el trabajo en la base y no a través de privilegios. Esto crea un embudo, un cuello de botella que tiene pasmado al MNP, sin hacer política, ni recolectar firmas, en lógicas y disputas organicistas y en eternos debates que se convierten en la “forma de hacer política”.

Nuestra tarea es organizar y promover la participación política democrática de la ciudadanía que anhela un cambio sustantivo en nuestro país. Apuntamos a construir poder desde la ciudadanía activa y el movimiento social y ser gobierno. No contentarnos con ser una densa pero pequeña estrella enana, como anhela ser un sector de izquierda testimonial que no aspira a ganar nada ni a ser fuerza hegemónica.

Por ello, en el actual momento nos afirmamos en:

a) La necesidad de construir un instrumento político social ciudadano al que hemos denominado partido movimiento.

b) Partido porque las decisiones se toman en las instancias de la organización que nos agrupa a todxs y son vinculantes para todxs. Los espacios de deliberación, de decisión están bien definidos (y no necesariamente cerrados a la consulta ciudadana más allá de la organización) y las vocerías y autoridades son claros y radicalmente democráticos, establecido su funcionamiento bajo el criterio de un militante un voto, consultas recurrentes, espacios asamblearios con metodologías claramente definidas que no hagan de la asamblea un mero ejercicio retórico y vacío, sino un espacio de construcción política democrática cuyo objetivo es dar orientación a la acción política.

c) Movimiento porque ponemos por delante la organización, acción y la movilización política social y cultural de grandes sectores de la ciudadanía desde sus luchas, iniciativas, activismos, afinidades, espacios de vida. Esto implica tener una estrategia de cara al movimiento social, estar presentes en el cotidiano de la gente, acompañar las iniciativas y búsquedas de alternativas en todos los campos para construir una hegemonía desde abajo.

d) La diversidad es clave, por ello sus instancias y sus espacios ejecutivos deben comprender esa diversidad y a la vez la integralidad de nuestro proyecto político. Por eso deben estar claras las funciones de sus componentes para impulsar las estrategias que hagan de esa diversidad una riqueza y la base de una propuesta de radicalización democrática y de transformación del país.

e) Para avanzar en este proceso debemos volver a la lógica que vincula la militancia a la vida y necesidades concretas y darle más peso a la participación, movilización, organización y acción política que a la lógica aparatista y burocrática. Por ello proponemos abrir el MNP desde abajo a través de comités, círculos o células (el nombre importa poco) tanto territoriales como sectoriales que destraben los cuellos de botella en que se han convertido los Grupos Impulsores territoriales actualmente existentes. Además, es importante considerar las nuevas formas de militancia en un contexto distinto al de los años 70 u 80. Esto no significa que la cultura militante de esos años no sea valiosa, pero no es la única. El reto es que la ciudadanía se organice desde sus espacios de trabajo, desde sus lugares de vida, desde sus afinidades y activismos.

f) Debemos aprovechar el Congreso Nacional del MNP para dar un salto cualitativo y cuantitativo y tener con ello mayor volumen de ciudadanía organizada e instancias y ejecutivos legitimados democráticamente. Orientados a la acción y no a la disputa por cargos. Es importante separar la construcción política orgánica de la lógica de las candidaturas para no generar intereses creados.

g) Es legítimo el deseo de participación electoral y nos parece importante que cada vez más militantes y ciudadanxs quieran asumir una responsabilidad en el Estado; sin embargo, la organización no puede ser un simple trampolín para ello. Todo compañerx que aspire a una candidatura debe dejar su responsabilidad en espacios organizativos exigiendo por supuesto el respaldo de su organización.

h) Las características territoriales del país por un lado, y las exigencias del JNE por otro deben ayudarnos a encontrar fórmulas intermedias y flexibles en la organización territorial del MNP. Por ello en vez de referirnos a distritos o provincias apostamos por construir territoriales. Será la presencia política, la capacidad organizativa, la que debe definir el grado de desarrollo y la construcción de la organización.

i) Al buscar el involucramiento de la ciudadanía buscaremos que incluso quienes no sean parte de la organización se sumen a sus campañas e iniciativas e incluso sean partícipes de la toma de decisiones. Primarias, consultas ciudadanas, convocatorías, etc.

j) Las instancias o comités de ética deben convertirse además en garantes de la democracia y la igualdad en el interior del MNP.

k) Es importante en esta etapa promover la construcción de Comités territoriales como espacios de enlace del trabajo político en sus diversas dimensiones y escalas. Una perspectiva territorial es fundamental para impulsar políticas integrales y pertinentes a las exigencias de los territorios. Se debe combinar dinámicas descentralizadas con capacidad de acción conjunta en las diversas escalas es decir descentralización de decisiones, pero atadas a las orientaciones estratégicas de la organización a nivel nacional.

l) Así como las territoriales son importantes, también lo son las sectoriales. Por ello se deben generar grupos impulsores nacionales de sectoriales, para promover el involucramiento de más ciudadanxs en la política, pero también la territorialización de las sectoriales es un gran desafío.

m) Para combinar democracia y eficiencia la organización tiene espacios de asamblea y mecanismos de consulta, pero también ejecutivos elegidos democráticamente que tengan un margen de iniciativa enmarcado en las orientaciones definidas en los Congresos y Asambleas contando además mecanismos de rendición de cuentas. Asimismo, requerimos de militantes a tiempo completo, por lo que la organización debe ser capaz de sustentar el trabajo de quienes asuman responsabilidades y de equipos de trabajo. Siempre bajo el criterio de la transparencia, rotatividad y la elección democrática.

n) El grupo parlamentario no puede seguir desligado de la dinámica política del MNP, ni contagiarse de la lógica frentista convirtiéndose en un frente de personalidades. Se debe establecer una vocería paritaria y coordinación del conjunto. Se debe sumar fuerzas para tener una sola dinámica comunicacional y tener un enlace político.


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